NEO in WONDERLAND
Hace unos días, tuve un sueño.
Era una escena postapocalíptica donde yo era el protagonista. La escena comienza con una estampida de gente huyendo de algo, continúa con un enfrentamiento contra una amenaza letal, y finalmente recibo ayuda de otro personaje quien me guía hasta un lugar seguro. Una vez finalizada la escena, esta comienza a reproducirse de nuevo, con un detalle adicional: yo era un espectador.
En esta segunda escena, podía verme a mi mismo “actuando”. Podía ver cómo tomaba una decisión, cómo me movía, como se movían los demás (a quienes no podía ver en la primera escena porque estaba oculto). Podía ver todo lo que sucedía desde una especie de panóptico.
El sueño me intrigó, no solo porque lo recordaba muy vívidamente, sino por el hecho de que se hubiera repetido la misma noche, solo con un cambio de perspectiva.
SENTIMIENTOS.
En la primera escena, me sentí muy asustado, estaba aterrado por toda la situación, todo lo que sucedía era letal. El corazón latía a mil por hora. A pesar del miedo, me aferraba a vivir, y buscaba formas de mantenerme vivo. Es probable que por tener la idea de que a los protagonistas no le cae ni una ramita de un árbol, todas las balas, cuchillos, etc., que volaban indiscriminadamente, siempre caían en la periferia de mi espacio personal.
En la segunda escena me sentía tranquilo e impresionado. Estaba viendo todo lo que había sucedido y no daba crédito a que lo estuviera reviviendo de ese modo. Sin embargo, no tenía la misma urgencia de la primera escena, podía ver tranquilo todo lo que pasaba, sin intervenir en ningún acontecimiento, sin evitar que sucediera algo, solo era un observador externo. La calma y la confianza de lo que sucedía era envolvente. Ver a los causantes de aquel desastre postapocalíptico, de los cuales yo huía, no me generaba ningún deseo de detenerlos, reconducirlos o eliminarlos… solo observé.
WONDERLAND
Hay momentos en los que se me atraviesa una idea sobre algo que sucede, estoy muy metido en esa idea, seguro de que lo que sucede es lo que yo pienso que sucede. Que además yo soy el protagonista de lo que sucede, y por lo tanto lo que sucede me sucede a mí… y me perturbo.
Me siento asustado, aterrado, el corazón latiendo a mil por hora. Estas formas inconscientes de interpretación de la realidad, hacen que se me corte la respiración y comience a sentir nauseas o problemas estomacales. Mi mente anda como una cabra loca, dando saltos de aquí para allá, de un pensamiento aterrador a otro. Mi ego, creyendo todas las imágenes que se proyectan en mi mente, identificándose con ellas y reaccionando en consecuencia.
Cuando estoy metido en el país de las maravillas, voy reaccionando a cada estímulo que interpreto según mis creencias, miedos e inseguridades. No me detengo a presenciar lo que sucede sino que dejo que mi mente interprete, con pensamientos limitantes, la situación en cuestión y, en lugar de accionar conforme a lo que sucede, reacciono ante la interpretación que hago de la realidad.
PATADA DE INCEPTION, FALLA DE LA MATRIX
Recuerdo que de niño sufría mucho del estómago, y hasta no hace mucho, seguía padeciendo de estas nauseas.
Hace pocos meses encontré lo que para mí se convirtió en la patada de Inception o la falla de Matrix: RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA.
Estos cortes respiratorios y consecuentes problemas estomacales se han venido reduciendo conforme he venido aprendiendo de estos patrones inconscientes de mi personalidad.
Cuando me capturo dando vueltas en el país de las maravillas, activo mi respiración diafragmática y regreso a la realidad. Salgo de mi mente y vuelvo a lo que estoy haciendo. Me dejo de creer la película mental, los pensamientos limitantes, la narrativa egóica… y me retorno al momento presente.
Esta respiración diafragmática es algo bastante simple y que me lo han venido enseñando desde niño pero que nunca quise aprender. Se trata de llenar el diafragma de aire, expandiendo el vientre a medida de que el aire ingresa, y contrayendo el vientre al expulsarlo; sin mover otra parte del cuerpo (hombros o pecho).
Muchas personas llaman a esta técnica: RESPIRACIÓN CONSCIENTE, y puedo entender por qué. Resulta que esta respiración te saca de la cárcel mental y te devuelve al estado de presencia. Esto es debido a que para hacer esta respiración es necesario que te enfoques en ella, es decir, que la mente envíe la señal para que la respiración suceda de esta manera. Al estar la mente ocupada enviando la señal para la respiración –esta señal la envía a través de un pensamiento–, no hay cabida para otro pensamiento. La mente no puede procesar dos pensamientos a la vez (si no me crees, intenta pensar en dos cosas al mismo tiempo). Lo que sí puede es descartar un pensamiento rápidamente mientras está agarrando otro, la diferencia temporal es mínima, pero nunca entran juntos a escena.
Esta patada es necesaria para una sociedad en donde el estado inconsciente del piloto automático es la programación de fábrica de todos los individuos. Cuando andamos por la vida tan dormidos, reaccionando automáticamente a estímulos externos sin presenciarlos, vivirlos o experimentarlos, una patada de consciencia nos puede dar unos minutos de felicidad.
Retomando la historia del sueño. Creo que esta patada de consciencia nos puede permitir salir de la matrix en la que creemos que somos protagonistas, nos creemos “el elegido”, donde todo gira en torno a nosotros, y todo lo que sucede nos afecta, nos perturba y nos hace sufrir; para luego experimentar una observación desde otra perspectiva más holística, más consciente, más despierta, más neutral, aceptando la realidad como es y no como mi mente egoica quiere que sea; dejar de reaccionar ante interpretaciones de imágenes mentales, y empezar a actuar ante lo que sucede.
En pocas palabras: VIVIR.
Respuestas