Lecciones de civismo que he aprendido andando en bicicleta

Estar Atenta

Manejar bicicleta en la ciudad ha sido un gran reto para mí, en parte porque aprendí en condiciones muy diferentes a las que ahora vivo, en una calle muy amplia y sola frecuentada por muy pocos carros que estaban -al igual que yo- aprendiendo. Un ambiente de aprendizaje suele ser muchas veces permisivo y tolerante (algunos a un extremo perjudicial para el aprendiz, pero esto es harina de otro costal) no es la vida real, ahora vivo en una ciudad más grande y me he reencontrado con esta agradable práctica de andar en bicicleta, que aunque nunca se olvida, es muy distinto en la ciudad grande, considerando sus peligros y sobretodo mis responsabilidades.

La mayoría del tiempo que estás en bicicleta debes estar atento, a los peatones, al tráfico, a la vía, a los niños, a un montón de cosas que no están bajo tu control y también a otras que sí, es tremendo ejercicio y descanso a la vez para la mente, porque se trata más de escuchar que de decir.

Entender mi ritmo

“La armonía es la madre de la música, el ritmo es el padre y la melodía es su hija” Hermeto Pascoal

Aunque esta frase que considero tan acertada se refiere a la música, la relevancia del ritmo se puede aplicar para andar en bicicleta, es necesario tener presente la noción de ritmo, considerar que somos naturalmente guiados por una pulsión interna y que a pesar de ella siempre debemos recordar que no estamos solos en la vía (ni en la vida) y no todos van tan rápido o tan lento como nosotros, a veces hay que orillarse o adelantar según sea el caso, no ser un estorbo, ni una pesadilla para los demás; aunque esta deducción parece muy obvia me tomó varios eventos -desafortunados- comprenderla, creo que una vez que está incorporado en tu memoria es más complicado deslastrarse de este conocimiento y su enseñanza -si estamos atentos– puede aplicarse a otros aspectos de la vida, ya que es un principio que tiene que ver con tener conciencia de la presencia de los otros, cosa que cada vez noto más complicada en mi y las personas que frecuento.

Ama tu ritmo y ritma tus acciones

bajo su ley, así como tus versos;

eres un universo de universos 

y tu alma una fuente de canciones

Rubén Darío

He encontrado mi ritmo, en la tranquilidad de no pararme la mayor cantidad de semáforos posibles, esto implica ir a un ritmo moderado menor a la rapidez que deseo, pero que requería detenerme más seguido, no digo que sea la manera ideal, es la que a mí me funciona. 

También he llegado a una deducción y es que la velocidad andando en bicicleta debe ser la necesaria como para que reacciones a una distancia prudente ante cualquier eventualidad, como cuando una persona se atraviesa en tu recorrido cruzando cuando no debe. Un ex compañero de trabajo comentaba en un oportunidad que “a la velocidad a la que manejaba bicicleta no podría detenerse si alguien se atraviesa”, creo que siempre debes considerar el daño que puedes causar, así no sea tu culpa siempre es mejor evitar un accidente.

Hasta aquí parece que me porto muy bien, que soy ecuánime y serena pero andando en bicicleta he cometido unas imprudencias, que pudieron terminar en un PUM! y una mariale muy maltrecha o peor aún estrenando la dormilona de madera; algunas de esos males fueron arrancados de raíz y otros están en proceso.

La acera es de los peatones

-En construcción-

A veces voy por la acera, si creo que mi vida corre peligro con la cercanía de los carros o autobuses no pienso con claridad como para controlar mis reflejos al volante; se que el uso de la acera es prioridad de los peatones y en ese sentido voy muy lento, no pido permiso para adelantar, si alguien me lo da, lo agradezco porque es lo que corresponde ya que la acera es de los peatones; he notado que algunos ciclistas no entienden esto y se molestan cuando un grupo de caminantes ocupa todo el ancho de la acera, ya sabemos quién está equivocado, pero también es bueno recordar que no todos los lugares tienen ciclovía y que la calle es hostil con los ciclistas, el hecho de andar en bici también me dio otra perspectiva para cuando camino -la mayoría de las veces-, pues estoy menos distraída de todo lo que pasa a mi alrededor, me ha hecho una mejor peatona.

Orillarme

Detenerme en medio de la vía, así, de repente (como el niño que se vuelve adolescente) mientras se acercan otras personas, fue otra cosa que hice cuando comencé a usar la bicicleta, mal mal mal, es justo y necesario orillarse, he notado que esta mala práctica de estar atravesado sin percatarse de que existen otras personas que necesitan trasladarse es muy común y ahora más con las personas que usan el celular mientras caminan zigzagueando en la vía pública; las veces que cometí este error otros ciclistas fueron muy amables en señalarlo y agradezco sus maneras, porque al cometer un acto así de imprudente puedes ocasionar un accidente. Mi amigo Alejandro cuando me corrige me advierte que lo hace porque me quiere, yo le creo, lo quiero y celebro que haya cambiado mi idea equivocada del acto de corregir.

Esta eventualidad me hizo preguntarme en todas las cosas que pudiese hacer mejor y que sigo haciendo igual solo porque asumo que están bien o no me doy cuenta de las consecuencias negativas que esto acarrea y que quizás otros si las puedan ver y -a diferencia de Alejandro- no me lo digan.

Hay más cosas chéveres de andar en bicicleta, pero tienen que ver con otros asuntos, espero ordenar mejor mis ideas y poder escribirlas en algún momento.

Respuestas

  1. Que buen artículo. Fue muy entretenido y a la vez inspirador. Me gusta que utilizaras tu experiencia como una lección aplicable a la vida misma.
    Rescato la idea de “estar atenta”, para mí, una de las cosas más importantes de vivir.
    También rescato la honestidad e identidad de cada palabra, lo percibí muy auténtico y eso es muy importante.
    Aprecio que Alejandro te haya dado una visión distinta sobre corregir, que lo percibí como una declaración de humildad de tu parte para recibir información que te sirva para tu propio crecimiento.

    Y así como la única manera de aprender a andar en bicicleta es andando en bicicleta, la manera de aprender a escribir es escribiendo.

    Estoy ansioso por leerte de nuevo.

    Éxitos.

    1. Hola César!
      Gracias por leer, me alegra que te gustara, estar atenta -por ahora- es más un recordatorio que una meta cumplida.
      Con respecto a cuando alguien nos corrige, creo que muchos nos fijamos en quien nos dice las cosas, antes de considerar sus palabras, pecamos de escépticos, si no tenemos los pergaminos que demuestren la experiencia en el tema de quien osa corregirnos es posible que su opinión sea totalmente descartada, este es otro recordatorio.

      Aquí seguiré leyéndolos.

      Gracias!

  2. Hubo un tiempo donde anduve en bicicleta, en Venezuela es una locura, sobre todo porque las ciudades están hechas casi con exclusividad para los carros, apenas se tiene en cuenta a los peatones.
    Siempre me ha parecido curioso como de las cosas del día a día se puede aprender tanto. Es genial que la bicicleta te haya enseñado a prestar atención y entender la perspectiva de los demás. Muchísima gente nunca lo hace 😉

    Necesito la historia de los “eventos desafortunados” y quiero también “los otros asuntos” hahaha

    1. Hola Salomón, en efecto Venezuela es un país condicionado para el carroteniente -como dice un pana-
      Yo soy de Lara y en Barquisimeto hace unos años era hasta visto como un a excentricidad andar en bicicleta, en Quíbor en cambio es más común el uso de la bicicleta, incluso hay un monumento que es una bicicleta en honor a un gran ciclista de allá, pero últimamente considerando -entre otras cosas- el pésimo servicio de transporte público el uso de la bicicleta en Barquisimeto es cada vez más común.

      “Eventos desafortunados” y “otros asuntos” en mi patreon. Jaja!

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Respuestas

  1. Que buen artículo. Fue muy entretenido y a la vez inspirador. Me gusta que utilizaras tu experiencia como una lección aplicable a la vida misma.
    Rescato la idea de “estar atenta”, para mí, una de las cosas más importantes de vivir.
    También rescato la honestidad e identidad de cada palabra, lo percibí muy auténtico y eso es muy importante.
    Aprecio que Alejandro te haya dado una visión distinta sobre corregir, que lo percibí como una declaración de humildad de tu parte para recibir información que te sirva para tu propio crecimiento.

    Y así como la única manera de aprender a andar en bicicleta es andando en bicicleta, la manera de aprender a escribir es escribiendo.

    Estoy ansioso por leerte de nuevo.

    Éxitos.

    1. Hola César!
      Gracias por leer, me alegra que te gustara, estar atenta -por ahora- es más un recordatorio que una meta cumplida.
      Con respecto a cuando alguien nos corrige, creo que muchos nos fijamos en quien nos dice las cosas, antes de considerar sus palabras, pecamos de escépticos, si no tenemos los pergaminos que demuestren la experiencia en el tema de quien osa corregirnos es posible que su opinión sea totalmente descartada, este es otro recordatorio.

      Aquí seguiré leyéndolos.

      Gracias!

  2. Hubo un tiempo donde anduve en bicicleta, en Venezuela es una locura, sobre todo porque las ciudades están hechas casi con exclusividad para los carros, apenas se tiene en cuenta a los peatones.
    Siempre me ha parecido curioso como de las cosas del día a día se puede aprender tanto. Es genial que la bicicleta te haya enseñado a prestar atención y entender la perspectiva de los demás. Muchísima gente nunca lo hace 😉

    Necesito la historia de los “eventos desafortunados” y quiero también “los otros asuntos” hahaha

    1. Hola Salomón, en efecto Venezuela es un país condicionado para el carroteniente -como dice un pana-
      Yo soy de Lara y en Barquisimeto hace unos años era hasta visto como un a excentricidad andar en bicicleta, en Quíbor en cambio es más común el uso de la bicicleta, incluso hay un monumento que es una bicicleta en honor a un gran ciclista de allá, pero últimamente considerando -entre otras cosas- el pésimo servicio de transporte público el uso de la bicicleta en Barquisimeto es cada vez más común.

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