El placer de equivocarte
El querer hacer algo increíble y evitar equivocarte es el primer paso para equivocarte.
La mejor manera de hacer algo es haciéndolo, sin pensar en el resultado, sin expectativas, sin querer que sea de una manera u otra; solo abriéndote a las posibilidades de lo que pueda surgir en ese momento y permitiéndole que fluya.
Podemos aprender de todo, literalmente de todo lo que hay en la vida, el único requisito es abrirnos a las posibilidades. La escritura es una forma de abrirme al mundo para aprender de él, para unirme a él a través de las palabras.
Interactuar con el exterior, bien sea hablando con personas, escribiendo, leyendo, jugando, bailando, haciendo deportes… es una forma de conocer (nos).
Tengo un amigo que suele cambiar las palabras, las letras, los nombres, las frases… en fin, este amigo cambia todo o, mejor dicho, lo expresa a su manera, y siempre provoca una algarabía alrededor. Frases como: “Quiero comprarme un carro MRW (BMW)”; “vamos a jugar secret jisler (Hitler); “a caballo regalado no ve los dientes”; “mejor prevenir que llorar”; “guerra avisada mata a todos los soldados” “adiós luz que te fuiste”… Rafael, no se esfuerza en hacer reír a los demás, pero su forma particular de expresar lo que quiere, imprime alegría y autenticidad al momento.
Rafael y yo tenemos personalidades diferentes. Yo soy extremadamente cuidadoso con lo que digo y hago, a Rafael le importan 3 doritos. Cuando no lo conocía, mi ego tenía la necesidad de corregirlo. Luego me uní a la fiesta y disfrutaba cada palabra expresada naturalmente. La única manera de conocerlo (me) fue abriéndome a su forma de expresar y uniéndome a su ser.
Hablar con él se ha vuelto increíblemente placentero porque cada vez más lo conozco, me conozco y conozco de la vida. Compartir sus locuras y hacerme parte de ellas es catártico. Además, poder ser yo mismo, uniéndome a él, sin reservas, sin juicios, sin interpretaciones… simplemente siendo, me deja una felicidad que ahora mismo la expreso con una media sonrisa.
Pero esta es una persona normal, humana, así que también tiene momentos de bajón, de inconsciencia y miedos, con los cuales también conecto. Compartimos experiencias que nos permiten acompañarnos en este camino, igualmente sin recriminaciones ni tabúes. Es como encontrar ese lugar seguro en el que puedes ser sin necesidad de aparentar. Es liberador.
Rafael me ha enseñado que no se trata de que las cosas sean como los demás lo hacen o dicen, sino de que lo que digas y hagas sea como eres tú. Ser fiel a ti mismo, permitirte conectar con el mundo a través de tu verdadera esencia y, lo más importante, reírme de mis equivocaciones.
Gracias.
Ser fieles a nosotros mismos, y congeniar con otras personas que también abrazan esa libertad.
Un abrazo, César.
mi querido Deigar. Gracias. Fuerte abrazo.